El adjetivo más común a la hora de describir a los arquitectos es PREPOTENTES. Le preguntas a cualquier persona, conozca a uno o no, y te dirá que somos todos unos prepotentes, unos sabiondos pero que a la vez no tenemos ni idea de nada, unos artistas, etc. Del por qué tenemos esta fama ni voy a discutir ni a comentar nada, ya lo hemos hecho en otros artículos.
Pero si hablaré de que quizás un poquito de eso si que haya en nuestro ADN y probablemente haya sido inoculado en el mismo, en los años universitarios en los que nos vamos formando para esta profesión.
Formación
Me imagino que cada uno tendrá su percepción particular de lo que fue su enseñanza universitaria, de la validez de sus profesores y si sus experiencias fueron positivas o negativas. Dejando a un lado todo eso, yo creo, que la metodología de enseñanza, al menos en la universidad en la que yo estudié, es manifiestamente mejorable. Yo estudié en la ETSAM, y tanto dentro como fuera de ella, opino que se educa a los futuros arquitectos en un ambiente de egocentrismo y prepotencia, muy propio de los arquitectos estrella de la época de la crisis inmobiliaria de este país.
A mi siempre me educaron en la idea de que el proyecto era lo importante, edificios megalómanos, presupuestos disparatados, ¿materiales? los más novedosos. Siempre había que proyectar el más y mejor todavía. Eso está muy bien, que nadie me entienda mal. Pero quizás deberían cambiar un poquito el discurso y empezar a enseñar a hacer un poquito de la arquitectura de verdad, la del 99 % de los mortales, la que se hace o se intenta hacer. No se puede educar en el derroche si hoy en día no hay dinero para construir nada.
Resultados
Así pasa, que luego salimos los arquitectos reclamando que si tal material es fundamental para el proyecto....que no no no..., no se puede cambiar ese árbol traído de filipinas porque es el eje del proyecto. Las instalaciones al aire porque mi proyecto es como un ente robótico futurista... vamos ....CHORRADAS la mayoría de las veces.
Como digo tiene mucho que ver en esto la educación que se nos ha dado, en muchos casos completamente alejada de la realidad, impartida por profesores que a veces ni han construido, o son simples teóricos y que además son tremendamente endogámicos entre ellos, alabándose una y otra vez, como lo mejor de lo mejor dentro del campo de la arquitectura.
Conclusiones
No voy a exculpar a los propios arquitectos de hoy en día, deberíamos ser TODOS más solidarios en momentos de austeridad y en el futuro (que esperemos sean momentos mejores) pero ayudaría bastante que a las futuras generaciones se las educase de una forma diferente, no vendiéndoles la idea de que serán arquitectos estrella, con proyectos megalómanos y sueldos disparatados.
PD. Desde luego no compartimos desde aquí que los arquitectos seamos prepotentes, como muchas otras famas de otras profesiones, ésta nos es impuesta por decreto a TODOS los arquitectos del mundo mundial. Algunos lo serán, otros ni mucho menos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario