La arquitecta Lu Wenyu debe ser una rara avis dentro del mundo de la arquitectura. Es la mujer del ganador del premio Pritzker Wang Shu y fundadora junto a éste de Amateur Architecture. En su momento fue comentado el por qué si todos los proyectos los firman los dos, sólo uno de ellos era merecedor del premio y del reconocimiento. Pues bien, tiempo después se ha sabido que fue una decisión consensuada entre los dos. Su marido protesto en un principio pues consideró que deberían aparecer los dos nombres. Fue ella la que prefirió que no fuese así.
Discreción
Entre sus motivos, ella ha declarado recientemente en una entrevista concedida en España, que se siente más cómoda en el anonimato, especialmente en su país. Afirma que en China si eres famoso, pierdes enseguida tu vida privada a todos los niveles y que prefiere poder disfrutar junto a su hijo, que vivir la fama día a día. También comenta que ella quería ser bióloga, que la arquitectura no era su vocación, pero que gracias a su marido fue adquiriendo el gusanillo y el interés por la arquitectura.
Museo de Ningbo en China
Tradición
Cree firmemente en su ideal de arquitectura, como ellos dicen "construir a partir de lo destruido" y se muestra muy crítica con la forma mayoritaria de hacer arquitectura en China. No comparte la idea de modernizar el país destruyendo toda la tradición existente y arrasando pueblos enteros para rehacerlos de nuevo. Cree que la tradición y la modernidad se complementan perfectamente.
Como digo, es una rara avis dentro del Star System de la arquitectura y sus reflexiones me hicieron recordar una anécdota de hace unos años. Resulta que hace un par de años y con motivo del 100 aniversario de La Gran Vía madrileña, se organizó una retrospectiva y una exposición centrada en recordar y exponer el legado de esta calle mítica madrileña. A los ponentes se les ofrecía la posibilidad de exponer lo que ellos consideraban mejor del conjunto y cómo debía potenciarse con futuras intervenciones.
Romper con todo
Pues bien, uno de los grupos ponentes ( formado por un famoso estudio de arquitectura de Madrid, cuyos integrantes dan clases como profesores en una universidad de Madrid) sin ningún tipo de vergüenza y con una prepotencia inmensa, proponían volar con explosivos toda la Gran Vía y edificar nuevos edificios "modernos" para grupos de minorías y mayorías de la comunidad de Madrid. Os imaginareis la cara de poker que se me quedó a mí y muchos otros asistentes ante tal afirmación.
Para que os hagáis una idea es como si se organiza una exposición sobre la película de El Padrino (considerada una de las películas más importantes de la historia) sobre todas las virtudes de la misma, y un director de cine nuevo y moderno asegurase que él propone borrarla y rodarla de nuevo para un determinado público concreto.
Conclusión
Yo entiendo que la arquitectura como muchas otras disciplinas cambia con el tiempo y se adapta a los gustos de las íltimas tendencias, pero en arquitectura (como en muchas otras áreas) hay que ser respetuosos con la tradición y con la historia. La cosas no se vuelan ni se hacen desaparecer, se mejoran o se complementan.
Como habréis deducido soy mucho más afín a la forma de ver arquitectura de Lu Wenyu que la forma drástica del moderno y rompedor estudio madrileño.
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