Si estás leyendo este artículo probablemente es porque un arquitecto ha entrado en tu vida, y no me refiero a que te hayas enamorado de uno/a, te hayas hecho su colega o te lo han presentado en una boda... no, me refiero a que estás contando con sus servicios profesionales.
Así que si te has convertido en cliente de un arquitecto es porque le necesitas, pero...¿cuánto hay que hacerle caso?. Pues te diré que en general bastante, lo que no quita que tú como cliente intervengas en el proceso constructivo de lo que quieres hacer.
Tus ideas haciéndose realidad
Cada uno de nosotros somos seres pensantes que tenemos ideas propias y podemos incorporarlas a la hora de generar algo que no existe previamente. Pongamos como ejemplo una reforma de una vivienda. Si te hayas en esta situación y has llamado a un arquitecto para que te redacte un proyecto técnico para la obra probablemente tengas algunas ideas preconcebidas de cómo quieres que quede tu nueva y flamante casa.
Mi recomendación: dile claramente a tu arquitecto lo que quieres, no te dejes nada por complicado o surrealista que parezca, todo. Ya llegará la hora de poner los pies en la tierra y de eso se encargará él/ella.
Ahora bien, ten en cuenta su punto de vista profesional, su experiencia y su buen hacer. Tus ideas no son peores que las suyas, pero sus conocimientos y los proyectos que haya realizado antes te serán de mucha ayuda a la hora de hacerte ver algunas cosas que en principio ni te sospechabas y que al final determinan el proyecto final.
También te aconsejo que durante la lluvia de ideas entre los dos, tomes nota de lo que se puede y lo que no se puede hacer y que cuando el arquitecto te haya dibujado lo que de mutuo acuerdo decidisteis te acuerdes de por qué se llegó a esa conclusión. De nada te sirve marear al arquitecto con cambios interminables que al final lo único que hacen es retrasar la reforma y definitivamente cabrear a ambos.
Conclusión
Resumiendo, tus ideas son tan válidas como las del arquitecto y además responden a tus necesidades (que no tienen por que ser las mismas que las de quien contrates). Por otra, el arquitecto resolverá técnicamente y dentro de lo que la normativa le permita (y el presupuesto) todas esas necesidades para hacer posible lo que quieres y el de lo que vive.
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